En su discurso a los miembros del consejo nacional del Movimiento de Scouts Católicos Adultos, el Papa Francisco lamentó que actualmente se vida una “dramática desnatalidad” y alentó a cuidar la vida siempre, trabajando para que esta sea siempre digna.
En sus palabras este sábado en el Palacio Apostólico Vaticano, el Santo Padre destacó tres proyectos de esta organización: la donación de una cuna térmica para un centro de acogida en Lampedusa, adonde llegan muchos inmigrantes; la construcción de un taller de carpintería náutica en Zambia; y la plantación de un bosque en Argenta (Italia).
El Papa Francisco comentó que “la cuna nos recuerda el amor por la vida que nace. Vivimos en una época de una dramática desnatalidad. La edad media de los italianos es de 46 años, la de los albaneses de 23”.
Con esta situación “parece que el hombre ha perdido el gusto por generar y cuidar de los demás, y quizá también el gusto por vivir. Una cuna, en cambio, simboliza la alegría de un niño que viene al mundo, el compromiso para que crezca bien, la expectativa y la esperanza por lo que puede llegar a ser”.
“La cuna nos habla de la familia, nido que acoge y es seguro para los niños, comunidad fundada en la gratuidad del amor; pero también nos habla del cuidado de la vida en cada etapa, especialmente cuando el paso de los años o las dificultades en el camino hacen a la persona más vulnerable y necesitada”.
Sobre la carpintería, el Papa Francisco recordó que en el pasado era también el lugar de trabajo de Jesús en Nazareth. En un mundo como el actual, “en el que se habla tanto, quizá demasiado, de fabricar armas para la guerra”, la carpintería “nos recuerda la vocación fundamental del hombre a transformar los dones de Dios no en medios de muerte, sino en instrumentos de bien”.