El 15 de abril de 2019, París fue testigo de una de las tragedias más devastadoras de su historia reciente. La Catedral de Notre-Dame, un símbolo religioso, arquitectónico y cultural que había resistido el paso de los siglos, se vio envuelta en llamas.
El fuego, originado en el techo de la catedral, se propagó rápidamente por la estructura de madera del ático, cargada de siglos de historia y material inflamable. Las llamas consumieron la icónica aguja de la catedral, que se desplomó entre una densa columna de humo.
A pesar del desastre, salvo el altar mayor, todas las obras de arte de la catedral, incluida la Corona de Espinas, fueron rescatadas y resguardadas en distintos lugares.
Según informó Mons. Laurent Ulrich, Arzobispo de París, a través de una carta pastoral, la reapertura de la Catedral de Notre-Dame comenzará el 7 de diciembre de 2024 con un triduo que incluirá la inauguración oficial, es decir, con la entrega del templo por parte del Estado francés. Ese día se llevará a cabo una liturgia, un Magníficat o un Te Deum, y luego las vísperas.
La consagración del altar se realizará el domingo 8 de diciembre durante la primera Misa en la catedral restaurada. Finalmente, se celebrará la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, que este año pasará al 9 de diciembre, debido a que coincide con el segundo domingo de Adviento.
Sumado a los actos de reapertura de Notre-Dame, el Arzobispo de París anunció una octava del 8 al 15 de diciembre, que cada día contará con una celebración solemne con una temática particular.