Continuando con su ciclo de catequesis sobre las virtudes, el Papa Francisco reflexionó en la Audiencia General de este miércoles 10 de abril sobre la fortaleza, una virtud que “en las dificultades, asegura la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien”.
A continuación, el texto completo del Papa Francisco:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
La catequesis de hoy está dedicada a la tercera de las virtudes cardinales, o sea la fortaleza. Empecemos por la descripción que hace el Catecismo de la Iglesia Católica: “La fortaleza es la virtud moral que, en las dificultades, asegura la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien. Reafirma la decisión de resistir a las tentaciones y de superar los obstáculos en la vida moral. La virtud de la fortaleza hace capaz de vencer el temor, incluso a la muerte, y de hacer frente a las pruebas y a las persecuciones”. (n. 1808).
He aquí, por tanto, la más “combativa” de las virtudes. Si la primera de las virtudes cardinales, la prudencia, se asociaba sobre todo a la razón del ser humano; y mientras la justicia encontraba su hogar en la voluntad; esta tercera virtud está a menudo asociada por los autores escolásticos a lo que los antiguos llamaban “apetito irascible”.
El pensamiento de los antiguos no ha imaginado un ser humano sin pasiones: sería una piedra. Y las pasiones en sí no son necesariamente el residuo de un pecado; pero deben ser educadas, las pasiones van educadas, las pasiones son dirigidas, purificadas con el agua del Bautismo, o más bien, con el fuego del Espíritu Santo. Un cristiano sin valor, que no doblega sus propias fuerzas al bien, que no molesta a nadie, es un cristiano inútil. Pensemos en esto.