El Papa Francisco recibió este viernes 5 de abril en el Vaticano a un grupo de frailes menores de la región italiana de la Toscana, con motivo del octavo centenario del don de los estigmas que San Francisco recibió en Alverna (Italia) el 14 de septiembre de 1224, dos años antes de su muerte.
Para el Santo Padre, los estigmas “nos recuerdan el dolor sufrido por nuestro amor y por nuestra salvación de Jesús en su carne; pero son también signo de la victoria pascual: precisamente a través de las llagas se desplaza hacia nosotros, como por canales, la misericordia del Crucificado resucitado”.
Los estigmas, un espejo de la identidad del cristiano
A continuación, el Papa Francisco reflexionó sobre el significado de los estigmas, tanto en la vida del cristiano como en la del franciscano.
El Pontífice destacó que el discípulo de Jesús encuentra en el estigmatizado San Francisco un “espejo de su identidad”, ya que el creyente “no pertenece a un grupo de pensamiento o de acción que se mantiene unido sólo por la fuerza humana, sino a un Cuerpo vivo, el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia”.
“Y esta pertenencia no es nominal, sino real: quedó impresa en el cristiano por el Bautismo, que nos marcó con la Pascua del Señor. Así, en la comunión de amor de la Iglesia, cada uno de nosotros redescubre quién es: un hijo amado, bendito, reconciliado, enviado a ser testigo de las maravillas de la gracia y artífice de fraternidad”, señaló el Santo Padre.