13 de diciembre de 2024 Donar
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Hay un auge en las conversiones de musulmanes al cristianismo en Francia: ¿Cómo responde la Iglesia Católica?

Hay un crecimiento exponencial de las conversiones de musulmanes al cristianismo en Francia./ Crédito: Unsplash.

En un momento en el que crece la preocupación por el auge del islam, que amenaza con convertirse en la religión mayoritaria en países históricamente católicos como Francia, no se puede ignorar un fenómeno de importancia fundamental: el crecimiento exponencial de las conversiones de musulmanes al cristianismo.

Marie-Anne y Nicolás son dos de esos conversos del Islam que fueron bautizados este año en Pascua. Al igual que muchos otros catecúmenos que han apostatado de su fe musulmana, su viaje es tan desafiante como edificante para los demás.

Fue mientras acompañaba a su esposo moribundo desde Argelia a un hospital en Bélgica en 2015 que Marie-Anne (su nombre de bautismo; su nombre civil permanecerá en el anonimato por razones de seguridad) se sintió abrumada por la humanidad y la compasión que le mostró una enfermera católica, hasta el punto de querer "saber más" sobre la figura de Jesús, como explicó en una entrevista con el National Catholic Register.

Esta sed de Cristo, que se hizo insaciable con el paso de los años, despertó las sospechas de su familia en Argelia. Aunque era viuda y estaba comprometida en matrimonio con un hombre que la “reeducaría” en la fe musulmana, abandonó una posición prestigiosa y sus comodidades materiales para huir a Francia con sus dos hijos, donde completó su catecumenado.

Fue esta misma atracción por la relación distintiva del cristianismo con la caridad y el amor indiferenciado al prójimo lo que llevó a Nicolás, un francés que se convirtió al islam en 2008 a la edad de 26 años y luego emigró a Indonesia, a abrazar la fe católica y regresar a su tierra natal. Su conversión, que comenzó a florecer en 2017 y culminó en una experiencia espiritual en la Basílica del Sagrado Corazón de París, rezando allí junto a una estatua de Santa Teresa de Lisieux, resultó en el divorcio de su esposa musulmana y el distanciamiento de sus dos hijos, que permanecieron en Indonesia.

Dijo que está lejos de ser un caso aislado en Indonesia, donde se ha encontrado con muchos ex musulmanes que se han convertido al cristianismo sin poder formalizar su nueva religión, ya que la apostasía está prohibida en el islam.

"He podido observar que la guerra civil en Siria y el ascenso de ISIS [el grupo terrorista Estado Islámico] en particular han provocado una ola de apostasía, a menudo a favor del cristianismo", dijo al Register.

Esto se relaciona con el importante estudio del misionero David Garrison, presentado en su libro de 2014 A Wind in the House of Islam (Un viento en la casa del islam). Estima que entre 2 y 7 millones de musulmanes se han convertido al cristianismo en todo el mundo en las últimas dos décadas, y califica este movimiento como "el mayor giro de los musulmanes a Cristo en la historia".

Dar la bienvenida a los nuevos conversos

De la misma manera que la Iglesia Católoica en diversas partes de Europa está comenzando a reconocer la necesidad de responder adecuadamente al retorno de los jóvenes al catolicismo a través de comunidades tradicionalistas y carismáticas, también está comenzando a evaluar cómo acoger las numerosas conversiones del islam.

La Arquidiócesis de París creó en 2020 un servicio pastoral, Ananie, diseñado para dirigir a los nuevos conversos del islam a parroquias adaptadas a sus necesidades y para formar a los sacerdotes y a los fieles para acogerlos de la mejor manera posible.

El aumento de los bautismos de conversos del islam se inscribe en una tendencia general de fuerte aumento de los bautismos de jóvenes adultos de entre 18 y 25 años en Francia, con un aumento del número de nuevos catecúmenos para 2024 superior al 30%, mientras que en 2023 fue del 28%.

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En medio de la agitación por su conversión imprevista, Marie-Anne y Nicolás también enfrentaron el desafío de integrarse en sus nuevas comunidades católicas.

La red Ananie desempeñó un papel crucial en este proceso, ofreciendo a estos nuevos conversos una valiosa ancla gracias a la Misa semanal de los miércoles, seguida de un tiempo de estudio y diálogo amistoso entre antiguos musulmanes.

"Había sentido una especie de distanciamiento en mi nueva parroquia debido a mi pasado", recordó Nicolás. "Aunque soy francés de nacimiento, me llevó mucho tiempo sentirme integrado. Me sentí muy aislado y conocer a la red de Ananie me hizo mucho bien".

Evitar el enfoque equivocado

Precisamente para compensar la falta de preparación en muchas parroquias católicas para acoger a los conversos del islam, nació el servicio de Ananie a petición del P. Ramzi Saadé al entonces Arzobispo de París, Mons. Michel Aupetit. Cristiano maronita originario del Líbano, fue ordenado sacerdote en 2018 en la Iglesia maronita, que está en comunión con Roma, y aporta una experiencia de campo inestimable al proyecto.

Además de su misión de acoger a los nuevos conversos y dirigirlos a las parroquias adecuadas, también ofrece, a través del sitio web de la red, "vademécums" ("manuales") para las parroquias y los que acompañan a los catecumenados, así como videos de formación.

"Me di cuenta de que muchos nuevos conversos del islam habían abandonado la Iglesia Católica, no porque los fieles fueran crueles con ellos, sino porque a menudo quieren mostrarse tan favorables al islam que vienen a explicar que adoramos al mismo Dios y que, al final, no hay necesidad de convertirse en cristiano para acceder a la salvación”, dijo el P. Saadé, subrayando que este enfoque equivocado concernía tanto a los clérigos como a los laicos.

"Sin embargo, muchos de los que se unen a Cristo lo hacen arriesgando sus vidas: algunos han abandonado sus países, han sido rechazados por sus familias; están en peligro real, lo último que necesitan es ser devueltos a su identidad musulmana".

En su opinión, el diálogo interreligioso llevado a cabo por las autoridades eclesiásticas en las últimas décadas, que ha sido muy beneficioso para la comprensión mutua de las culturas y los pueblos, también puede ser a veces fuente de malentendidos sobre el deber de evangelizar de los cristianos en Occidente.

"Muchas personas de origen islámico que llegan a una parroquia para convertirse en cristianos a menudo son acogidas de una manera inadecuada a su situación, como si todavía fueran musulmanes cuando en realidad ya no lo son", continuó.

Superar el miedo a ofender

Según el sacerdote maronita, lo más urgente para la jerarquía eclesiástica hoy en día, especialmente en Europa, donde la inmigración de países musulmanes está en constante aumento, es clarificar su posición sobre la acogida de nuevos conversos.

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"No debemos tener miedo de afirmar que la Iglesia está ahí para bautizar a los que quieren ser bautizados, al final de un largo camino de libertad que es el catecumenado, y para plantear a los líderes musulmanes las cuestiones relativas a la libertad de conciencia, preguntándoles concretamente qué se puede hacer a nivel de la educación y de las familias para evitar las presiones y represalias que experimentan los que encuentran a Cristo y quieren seguirlo Él", agregó el P. Saadé.

También señaló que la búsqueda del diálogo consensuado es un enfoque típicamente occidental, no entendido a menudo por la cultura árabe oriental, donde la tensión es sinónimo de diálogo auténtico, la base necesaria para el intercambio constructivo.

"Si los cristianos nos avergonzamos de nuestra identidad, desapareceremos frente a un islam expansionista en Occidente que nos obliga a cuestionarnos a nosotros mismos", dijo.

Al mismo tiempo, el P. Saadé señaló que, trascendiendo las carencias e imperfecciones de las situaciones humanas, Jesús mismo nunca deja de intervenir para tocar los corazones.

Y, de hecho, esta ha sido la experiencia tanto de Nicolás como de Marie-Anne.

Mientras se preparaba para ser recibido en la Iglesia Católica el 31 de marzo, Nicolás tuvo la alegría de ver a su padre, ateo de toda la vida, curado repentina e inexplicablemente de cáncer después de pedir la intercesión de Santa Teresa de Lisieux. Su padre prometió asistir a su bautismo y apoyarlo en su camino de fe. En Indonesia, sus hijos ya han localizado una iglesia católica donde podrá asistir a Misa durante su próxima visita.

Los hijos de Marie-Anne, que se habían aferrado a su identidad musulmana desde que llegaron a Francia, han decidido, sin embargo, acompañar a su madre al baptisterio vestidos de blanco y tomar clases de catecismo para acompañarla mejor en lo que está experimentando en su camino de fe.

"Siempre me he sentido culpable por separar a mis hijos de mi familia; ha sido muy duro para ellos, pero mi hijo, que ahora tiene 14 años, me señaló recientemente que, en Argelia, después de la muerte de su padre, estaba más aislada que nunca", dijo Marie-Anne con emoción. "Con palabras muy sabias, me preguntó qué era una familia para mí y me recordó que mi nueva familia espiritual, a través del amor y el cuidado con el que nos rodea a los tres, hacía mucho tiempo que había trascendido los lazos de sangre. Sé que la gracia del Señor también obra en sus corazones, y nada podría consolarme más mientras me preparo para entrar en una nueva vida a través de mi bautismo".

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en el National Catholic Register.

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