En medio del dolor por el secuestro y asesinato de Camila, una niña de ocho años, seguido del linchamiento de los presuntos responsables, la Iglesia Católica expresó su dolor y condena: “Nos estamos destruyendo poco a poco”, señaló la Arquidiócesis Primada de México.
A través del editorial de su semanario Desde la fe, la Arquidiócesis de México cuestionó: “¿cuántas niñas muertas más?, ¿cuántos linchamientos más?, ¿cuántas injusticias más?, ¿cuándo entenderemos que la violencia sólo genera más violencia?”.
Frente a este drama que “evidencia varios de los problemas que han fracturado el tejido social”, la arquidiócesis instó a la población a resistirse a los sentimientos de “egoísmo, de miedos y amargura, de sufrimiento y muerte, que le cierra el camino a la alegría y a la esperanza”.
En el contexto de la celebración del Domingo de Resurrección, recordó que “Jesús está vivo, igual que su mensaje”, subrayando que “ningún acontecimiento doloroso, egoísta y cruel, puede guiar nuestro camino, y mucho menos tener la última palabra en el destino de nuestro país”.
La muerte de Camila
Camila desapareció en el municipio de Taxco, en el estado mexicano de Guerrero, después de salir a jugar el miércoles 27 de marzo. Según informes de medios locales, la madre de la niña recibió llamadas anónimas exigiendo dinero a cambio de la liberación de su hija.