En la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, la iglesia de la Resurrección del Señor, la Vigilia Pascual se celebra el sábado por la mañana en lugar de por la noche. Por esta razón, también se considera “la madre de todas las vigilias santas”.
La decisión está relacionada con el Status Quo, un acuerdo o conjunto de acuerdos que rigen la coexistencia y las prácticas religiosas en los lugares santos de la ciudad.
La solemne celebración del último sábado 30 de marzo fue presidida por el Patriarca Latino de Jerusalén, el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, frente al edículo del Santo Sepulcro, que contiene la tumba de Jesús.
“La liturgia de Jerusalén se construye alrededor de este lugar, al igual que la liturgia de toda la Iglesia. Es de aquí de donde extraemos la luz que ilumina toda la vida cristiana. Nosotros, la Iglesia de Jerusalén, debemos y queremos ser los primeros en anunciar la llegada de esta luz y llevarla al mundo”, señaló el patriarca en su homilía.
La celebración comenzó a la entrada de la basílica, en total oscuridad, donde se llevó a cabo el rito del “lucernario”. El patriarca bendijo el fuego nuevo, que se utilizó para quemar incienso en el incensario, con el que incensó la basílica mientras avanzaba hacia el edículo del Santo Sepulcro.