Cada 21 de marzo se celebra el Día del síndrome de Down, que fue identificado por el genetista francés Jérôme Lejeune, primer presidente de la Academia Pontificia por la Vida y cuyo proceso de canonización se inició en 2007.
Con motivo de esta fecha, ACI Prensa ha consultado al Equipo de Pastoral de la Fundación Gil Gayarre, ubicada en Pozuelo de Alarcón (Madrid) dedicada a la atención a personas con discapacidad desde el año 1959, cómo se acerca la fe a estas personas.
María Jesús Velasco, con 15 años de implicación en esta labor con personas con discapacidad, explica que es importante comprender la diferencia entre el área catequética y de formación de la relacionada con la experiencia de Dios.
Porque si se parte de la primera “estamos en desventaja absoluta”, porque lo teórico se hace prácticamente “inaccesible”. Sin embargo, sí es posible “despertar el afecto amoroso, el sentimiento de paz y de relajación y, desde esa base, llegar a Dios que es amor”.
En este campo, añade, lo esencial “no es saber las partes de la Eucaristía, cuándo nos arrodillamos o cuándo nos levantamos, sino con cuánto amor están presentes”, aunque a partir de ahí hay que “enseñar, educar y dar una forma”. Por ello, se invierte más tiempo “en que tengan ese gusto por entrar a la capilla”.