En la Audiencia General de este miércoles 20 de marzo, el Papa Francisco afirmó que la vida cristiana “es una combinación de sencillez y astucia” y aseguró que Dios quiere que seamos “santos inteligentes”.
Debido a que aún sufre las consecuencias de un catarro que le impiden respirar con normalidad, el Santo Padre — al igual que en las últimas audiencias — no leyó la catequesis.
Continuando con su ciclo de catequesis sobre las virtudes, el Pontífice recordó que la prudencia, junto a la justicia, la fortaleza y la templanza, forman las virtudes llamadas cardinales.
El Santo Padre precisó que la prudencia no se trata de una virtud “de la persona temerosa”, y que tampoco significa solamente cautela.
“Conceder la primacía a la prudencia significa que la acción del ser humano está en manos de su inteligencia y de su libertad”, explicó.
Asimismo, destacó que la persona prudente “es creativa: razona, evalúa, trata de comprender la complejidad de la realidad. Y no se deja llevar por las emociones, la pereza, las presiones, las ilusiones”.