El Papa Francisco explica en el Mensaje para la Jornada de Oración por las Vocaciones 2024 que “el propósito de toda vocación” es “llegar a ser hombre y mujeres de esperanza”, dando “cuerpo y corazón a la esperanza del Evangelio” frente a los desafíos de nuestra época.
Así, ha enumerado las dificultades que afronta la humanidad com “la tercera guerra mundial a pedazos:; las multitudes de migrantes que huyen de sus tierras en busca de un futuro mejor; el aumento constante del número de pobres; el peligro de comprometer de modo irreversible la salud de nuestro planeta”.
“Ser peregrinos de esperanza y constructores de paz significa, entonces, fundar la propia existencia en la roca de la resurrección de Cristo, sabiendo que cada compromiso contraído, en la vocación que hemos abrazado y llevamos adelante, no cae en saco roto”, añade el Pontifice.
En el mensaje titulado Llamados a servir la esperanza y a construir la paz, el Papa Francisco explica que “escuchar la llamada divina, lejos de ser un deber impuesto desde afuera” es “el modo más seguro que tenemos para alimentar el deseo de felicidad que llevamos dentro.
Para el Pontífice “esta Jornada es siempre una hermosa ocasión para recordar con gratitud ante el Señor el compromiso fiel, cotidiano y a menudo escondido de aquellos que han abrazado una llamada que implica toda su vida”.
Como ejemplos, ha citado a los padres y madres que anteponen sus intereses y se orientan “con amor y gratuidad, hacia el cuidado de las relaciones, abriéndose al don de la vida y poniéndose al servicio de los hijos y de su crecimiento”; también a quienes trabajan “con entrega y espíritu de colaboración”, a los comprometidos con la construcción de una sociedad más humana.