El Papa Francisco ha comenzado este miércoles 13 de marzo a predicar sobre las virtudes, tras revisar los vicios en las audiencias generales previas desde el pasado 27 de diciembre. Debido a su estado de salud, ha vuelto a ceder su lectura a un colaborador, en esta ocasión, Mons. Pierluigi Giroli.
Al inicio, con voz ronca, ha dicho: “Buenos días. Les doy la bienvenida. Todavía estoy un poco resfriado y por eso he pedido a monseñor que lea la catequesis. Estemos atentos, ¿eh? Creo que nos podrá hacer mucho bien. Muchas gracias”.
En la catequesis, el Papa Francisco señala que “por fatigoso que sea, el ser humano está hecho para el bien, que le realiza verdaderamente, y también puede practicar este arte, haciendo que ciertas disposiciones se hagan permanentes en él”, para iniciar sus palabras sobre la virtud.
Sobre la base de los términos clásicos virtus y areté, expresados en latín y griego, el Pontífice explica que “el ejercicio de la virtud es fruto de una larga germinación que requiere esfuerzo e incluso sufrimiento” y que la persona virtuosa es “la que no se desnaturaliza deformándose, sino que es fiel a su vocación, realiza plenamente su ser”.
“Nos equivocaríamos si pensáramos que los santos son excepciones de la humanidad: una suerte de estrecho círculo de campeones que viven más allá de los límites de nuestra especie”, añade el Papa Francisco en su catequesis. Más bien, señala, son “aquellos que llegan a ser plenamente ellos mismos, que realizan la vocación propia de todo ser humano”, motivo por el cual el actuar conforme a la virtud “debería ser redescubierto y practicado por todos”.