Durante el “Viacrucis Migrante” celebrado en la frontera entre Guatemala y México, un obispo guatemalteco exhortó a los gobiernos de la región a que el “inmigrante no sea considerado como delincuente y que no pierda sus derechos humanos por el simple hecho de ser indocumentado”.
A las orillas del río Suchiate, que divide a los dos países, Mons. Bernabé de Jesús Sagastume Lemus, Obispo de San Marcos, expresó su preocupación por los actos de persecución “contra los migrantes, las constantes violaciones a los derechos humanos”, así como la implementación de “leyes injustas” que condenan al migrante, “considerándolo como delincuente”.
El prelado denunció que “las fronteras y las leyes antimigratorias”, constituyen para las personas, un “atentado a la dignidad humana, el deterioro de los valores morales y éticos que ponen en peligro la convivencia y la paz social entre las naciones”.
Sumado a esto, Mons. Sagastume Lemus advirtió de la presencia del “crimen organizado contra migrantes” que asedia a las personas durante su travesía, “poniendo en peligro su seguridad”.
En el caso de la frontera sur mexicana, el estado de Chiapas es una entrada clave para aquellos que van a Estados Unidos. Según datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación de México, entre enero y octubre del 2023, más de 188 mil personas ingresaron de manera irregular al país a través de la frontera sur.