Visitar a los presos es una de las obras de misericordia corporales de la Iglesia Católica que tiene su origen en las palabras de Jesús en el Evangelio de Mateo: "Estuve en la cárcel y me visitasteis".
Todos los visitantes del pabellón del Vaticano de la Bienal de Venecia 2024 participarán en esta tradición católica entrando en una cárcel de mujeres en la isla Giudecca de la famosa ciudad italiana, donde las reclusas desempeñarán un papel activo en la exposición de obras de nueve artistas profesionales.
Los visitantes del pabellón del Vaticano titulado Con mis ojos tendrán que dejar sus teléfonos celulares y documentos de identidad en la puerta de la cárcel, siguiendo los protocolos de seguridad para visitar a las reclusas.
Chiara Parisi, una de las comisarias del pabellón vaticano, explicó que una ventaja añadida de hacer que los visitantes dejen sus celulares es que la gente tendrá que "desprenderse de este aparato a través del cual están acostumbrados a mirar la realidad que les rodea" y así deberán contemplar el arte "con sus propios ojos".
El Cardenal José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio vaticano para la Cultura y la Educación, que supervisa el pabellón, resaltó que la idea de acoger una exposición de arte en una cárcel se inspiró en parte en los numerosos voluntarios católicos que sirven en la pastoral penitenciaria.
También se inspiró en el mensaje del Papa Francisco a los artistas el año pasado, que los animaba a asumir temas como "la defensa de la vida humana, la justicia social, [y] la preocupación por los pobres" al considerar la responsabilidad social del arte.