Mons. Max Leroy Mésidor, Arzobispo Puerto Príncipe y presidente de la Conferencia Episcopal Haitiana, ha compartido su perspectiva sobre la difícil situación que enfrenta su país y la labor pastoral de la Iglesia en medio de la violencia, los secuestros y el caos.
“El país verdaderamente sufre la amenaza de una guerra civil. Las bandas armadas son como un ejército organizado, porque están muy bien equipadas, y la policía no es capaz de hacerles frente”, indicó en una entrevista difundida por Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) el miércoles 6 de marzo.
Mons. Mésidor cuenta que en ciertas zonas hay grupos que intentan “plantar cara a las bandas”, provocando “enfrentamientos entre ellos y los bandidos, pero también entre los bandidos y la policía”.
Haití, una nación que ha luchado contra la inestabilidad durante años, ahora se enfrenta a lo que algunos describen como una “guerra civil de baja intensidad”. El domingo 3 de marzo, el gobierno haitiano declaró el estado de emergencia durante 72 horas después de que bandas armadas asaltaran la prisión nacional de Puerto Príncipe.
La violencia se ha extendido por todo el país, con zonas especialmente afectadas en los departamentos de Oeste, Centro y Artibonito. El Arzobispo aseguró que “no hay zonas seguras”, ya que “las bandas operan en casi todas partes, haciendo que sea extremadamente difícil moverse, especialmente fuera de la capital”.
La Iglesia no ha escapado del alcance de la violencia. Mons. Mésidor lamenta los numerosos secuestros de sacerdotes, religiosos y religiosas: “En 2021 fueron secuestrados los primeros sacerdotes y religiosos. En este año, 2024, fueron seis religiosas en enero, seis religiosos y un sacerdote en febrero y otro sacerdote el 1 de marzo”