Este 9 de marzo se celebra a Santa Francisca Romana, madre de familia y mística. A ella se le cambió su ángel de la guarda por dos arcángeles, quienes la protegían de una manera muy particular contra los duros ataques que recibía de los demonios.
¿Un arcángel de la guarda?
En el Catecismo se recoge una frase de San Basilio Magno, quien decía que “cada fiel tiene a su lado un ángel como protector”.
Asimismo, en la tradición de la Iglesia Católica también se considera que Dios podría cambiar a una persona ese ángel por otro de grado superior, tal como le habría pasado a la virtuosa Santa Francisca, según su propio confesor.
El P. Ángel Peña, agustino recoleto, expone en su libro Santa Francisca Romana y su arcángel lo que indica sobre este hecho el confesor de la santa, el P. Juan Mattiotti, en un libro que se volvió a publicar en 2014 con el título Tractati della vita et delli visioni di santa Francesca Romana (Tratados de la vida y de las visiones de Santa Francisca Romana). Asimismo, presenta los datos recogidos en el proceso de canonización.
Santa Francisca se santificó en su hogar y junto a su esposo tuvo tres hijos: Juan Bautista, Juan Evangelista y Agnese (Inés). Los dos últimos murieron a corta edad. El primero fue Evangelista, quien quería ir con los ángeles.