El obispo de una de las regiones más golpeadas por el crimen organizado en México, donde recientemente una parroquia se vio forzada a cerrar sus puertas “por seguridad”, asegura que “ante la indefensión” en la que se ven los pobladores, las personas “encuentran en Dios su única defensa”.
Se trata de Mons. Cristóbal Ascencio García, Obispo de Apatzingán, en el estado mexicano de Michoacán. En recientes declaraciones a ACI Prensa, el prelado se refirió a lo ocurrido en la parroquia Santa María de Guadalupe, en la localidad de Felipe Carrillo Puerto (La Ruana), a unos 51 kilómetros al oeste de la sede de la diócesis.
La parroquia anunció en sus redes sociales la suspensión de los servicios religiosos el 28 de febrero, expresando que “estamos en estado de riesgo, oremos por la paz de nuestro pueblo”.
“Por seguridad de todos, la parroquia Santa María de Guadalupe La Ruana permanecerá cerrada. El día de hoy no habrá oración ni misa. Por su atención y comprensión, gracias”, se lee en la publicación.
Mons. Cristóbal Ascencio García, en cuya zona pastoral se encuentra la parroquia Santa María de Guadalupe, explicó que en los días que siguieron al cierre del templo la actividad se regularizó.
“El párroco lo hizo porque el pueblo era una desolación: negocios cerrados, todas las escuelas cerradas. Entonces, para evitar riesgos, comunicó por las redes a las personas [del cierre] y no llamó las campanas [para la celebración de la Misa]”. explicó.