Con motivo del Día Internacional de la Mujer, a celebrarse este 8 de marzo, una delegación de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés), visitó Ucrania y “escuchó el testimonio de mujeres inmersas en la lucha contra las secuelas de la guerra”, y el apoyo que les ha brindado la Iglesia Católica.
“ACN quiere honrar a las valientes esposas, hermanas, madres y religiosas que están ayudando a mantener viva la fe y la esperanza en una Ucrania devastada por la guerra”, explicó la fundación.
Con cientos de miles de hombres luchando en el frente, a las mujeres del país les toca afrontar numerosos obstáculos, como “criar solas a sus hijos y cuidar a parientes queridos” y soportar “el inmenso sufrimiento que ocasiona la duda de si los hijos y maridos regresarán sanos y salvos, o la certeza de que no lo harán nunca”.
Una de estas mujeres es Nadiya, de la ciudad de Leópolis, quien quedó viuda durante el primer año de guerra. Para ella, el apoyo de los capellanes militares fue fundamental para lograr salir adelante. Comenta que siempre estuvieron dispuestos a atenderla y que, incluso hoy, se siguen reuniendo una vez al mes para celebrar una Misa por los caídos.
Allí, “la gente llora sin lágrimas y grita sin voz” y reza incansablemente por las víctimas y sus familias. Este apoyo a través de la oración, continúa Nadiya, le ha dado las fuerzas necesarias para ayudar a otras viudas.
“Aquí todo el mundo es un héroe, unos en el frente y otros en la retaguardia, desde donde apoyan a los primeros con paquetes de ayuda y redes de camuflaje”, añadió.