Cada 29 de febrero -es decir, solo en los años bisiestos- se celebra la memoria de San Dositeo de Gaza, conocido también como San Dositeo de Palestina, quien vivió entre los siglos VI y VII.
Dositeo nació en cuna pagana y tuvo una vida de acuerdo a las costumbres imperiales. Su familia tenía una posición favorable y Dositeo logró integrarse al ejército romano, probablemente en Constantinopla.
Búsqueda de la verdad
La vida militar le dio la oportunidad de llegar hasta Tierra Santa. Allí decidió conocer los lugares en los que había estado Jesús de Nazareth, el Cristo; de quien había oído hablar desde joven. Dositeo había escuchado muchas historias de boca de los sirvientes de su casa, y como Cristo dio ejemplo de amor poniéndose al servicio de todos, de manera especial ocupándose de los más necesitados. La vida de Jesús había sido ejemplar, sin embargo, había sido condenado a muerte y ejecutado. Dositeo sabía muy bien que quienes creyeron en Él estaban convencidos de que era realmente el Hijo de Dios, salvador de la humanidad.
Tocado por el testimonio de caridad y hospitalidad que recibió de los cristianos de Jerusalén, siguió su recorrido hasta que le tocó visitar el huerto de Getsemaní. Allí se le quebró el alma pensando en los sufrimientos de Dios a causa de la maldad de los hombres.