Una de las más conocidas reliquias de Santa Teresa de Ávila, su mano izquierda incorrupta, se enfrenta a un destino incierto debido a la falta de vocaciones en el convento carmelita de Ronda (Málaga, España) donde se custodia.
El motivo es que la comunidad carmelita del Convento del Corazón Eucarístico de Jesús se extingue a marchas forzadas. Si hace apenas 4 años eran 9 religiosas, la pandemia de Covid provocó que dos de ellas murieran y, recientemente, algunas más partieron a la Casa del Padre debido a diferentes enfermedades y dolencias.
Así, han quedado 4 hermanas en la comunidad, una aquejada de Alzheimer, lo que está por debajo del número mínimo determinado por la Constitución Apostólica Vultum Dei quaerere, seis, promulgada por el Papa Francisco el 29 de junio de 2016.
Este documento estableció nuevas pautas para la vida contemplativa, mayoritariamente femenina, tanto sobre su formación como sobre la colaboración entre conventos, de diversas formas.
El Vaticano no habría estipulado aún un plazo para el cierre del convento, según detalla Ecclesia, portal de información de la Conferencia Episcopal Española, pero para evitarlo la comunidad necesita la incorporación inmediata de dos profesas solemnes, pues el periodo de formación de nuevas hermanas es de 12 años.