MADRID,
El Arzobispo de Santiago de Compostela, Mons. Julián Barrio, aseguró en presencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de los Reyes de España y numerosas autoridades civiles y religiosas que el matrimonio es “esencialmente heterosexual y base ineludible de la familia” cuya quiebra supone la de la sociedad, haciéndola vulnerable a intereses ajenos al bien común.
En la Misa de celebración de la festividad del Apóstol Santiago, presidida por Mons. Barrio en la Catedral compostelana, el Arzobispo puso de manifiesto la tentación de pensar que se protegen plenamente los derechos del hombre "sólo cuando nos vemos libres de toda norma de ley divina".
Cuando se piensa así, añadió, "los derechos se ven reducidos a simples exigencias personales y a falsas formas secularizadas de humanismo que siembran confusión y debilidad moral distorsionando el plan de Dios sobre el amor y la fidelidad, sobre el respeto a la vida en todas sus etapas naturales, sobre la vivencia del tesoro de la afectividad y sobre el matrimonio, esencialmente heterosexual".
Mons. Julián Barrio –que concelebró la solemne ceremonia con 52 arzobispos, obispos y sacerdotes de Galicia, del resto de España y del extranjero–, afirmó en su repuesta a la Ofrenda Nacional realizada por el Rey Juan Carlos que "el hombre no puede sobrevivir sin la verdad y la fuerza del cristianismo es su verdad interna".
"Esta es la esperanza segura del cristianismo, su desafío y su exigencia cuando el laicismo se presenta como dogma público fundamental y la fe es simplemente tolerada como opinión privada, aunque de este modo no es tolerada en su verdadera esencia", señaló el Arzobispo.
En este contexto, Mons. Barrio afirmó que la doctrina social de la Iglesia "considera que el sistema democrático funciona únicamente en una conciencia rectamente formada y ésta enmudece si no está orientada conforme a los valores éticos y morales fundamentales de la dignidad de la persona que pueden ponerse en práctica incluso sin explícita profesión del cristianismo".