Un reciente informe publicado por el periódico arquidiocesano Catholic Telegraph de Cincinnati reveló que a pesar de la actual crisis de inconducta sexual de sacerdotes en el país, los nuevos católicos en la Arquidiócesis manifiestan “entusiasmo sobre su fe y el futuro”.
El informe describe el caso de Heidi Miller, quien se convirtió al catolicismo luego de pertenecer a la iglesia evangélica y fue recibida en la Vigila Pascual de este año. “La Iglesia tiene problemas que necesita arreglar, pero eso no me disuadió en lo absoluto para unirme”, afirmó Miller y agregó que “es un pecado cometido por algunos sacerdotes, por lo que debemos culpar a los pecadores pero no a la Iglesia”.
“La Iglesia es un regalo para mantenernos unidos. Necesitamos mirar al pasado y reconocer que ésta es la Iglesia de Jesús”, añadió Miller.
Asimismo, Pat Haungs fue criada por un padre alemán judío y una madre metodista. Madre de nueve hijos, Pat era participante activa de la iglesia presbiteriana pero decidió dejarla luego de un incidente difícil. Algunos años después, ella se unió a la Iglesia Católica.
Según Haungs, los casos de abusos sexuales no la hicieron dudar de unirse a la Iglesia Católica. “La Iglesia no es los sacerdotes o las monjas, la Iglesia es la gente”, declaró al periódico de la Arquidiócesis y resaltó que “es tiempo de liberarnos del mal y tomar el control. Es la gente la que hace la Iglesia, y no hay Iglesia sin ella”.
Ambas entrevistadas afirmaron que los católicos, como una muestra de su fe ante la crisis, necesitan permanecer involucrados con la Iglesia y ayudarla a crecer. “Abandonar la Iglesia es igual que abandonar a Jesús”, afirmó Miller y recordó que “Él nunca nos abandona aunque nosotros pequemos”.