Continuando con su ciclo de catequesis sobre los vicios y las virtudes, el Papa Francisco reflexionó en la Audiencia General de este miércoles 14 de febrero sobre la acedia, una tentación poco conocida pero “muy peligrosa” que provoca que “la vida pierda su sentido” y cuyo remedio es la “paciencia de la fe”.
Al inicio de su catequesis impartida desde el Aula Pablo VI del Vaticano, el Santo Padre explicó que, a menudo, este término suele sustituirse por el de la pereza. Sin embargo, precisó que la pereza es una consecuencia de la acedia, cuya raíz en griego significa “falta de cuidado”.
El Pontífice se refirió a este vicio como “una tentación muy peligrosa”, cuya víctima “es como si fuera aplastada por un deseo de muerte: todo le disgusta; la relación con Dios se le vuelve aburrida; y también los actos más santos, los que le habían calentado el corazón, ahora, le parecen completamente inútiles”.
Precisó además que una persona que cae en esta tentación “empieza a lamentar el paso del tiempo, y la juventud que queda irremediablemente atrás”.
“El demonio del mediodía”
El Papa Francisco recordó que la acedia suele definirse también como “el demonio del mediodía”, ya que “nos atrapa en mitad del día, cuando la fatiga está en su ápice y las horas que nos esperan nos parecen monótonas, imposibles de vivir”, algo que “recuerda mucho el mal de la depresión”.