El proyecto, originado y apoyado en la Casa Presidencial, fue ampliamente criticado por la sociedad civil, lo que obligó a Bukele a desmarcarse y frenar la iniciativa.
A pesar de todo, Ulloa —identificado con la izquierda— fue ratificado en su cargo y algunos activistas provida han denunciado que continúa haciendo promoción de las reformas constitucionales en las universidades del país.
“Si juzgamos de acuerdo a los hechos, Bukele es realmente un político que se posiciona más a favor de la cultura de la muerte”, precisó Larín.
“Si fuera realmente provida y defender a los niños fuera su prioridad, se desmarcaría del vicepresidente Félix Ulloa, por haber presentado una reforma constitucional que incluía una puerta al aborto, la ideología de género, la eutanasia, las uniones civiles entre personas del mismo sexo, limitaba los derechos de los padres sobre la educación de sus hijos y degradaba a la Iglesia Católica de su rango constitucional”, agregó.
Sobre esto, Neydy Casillas tiene una perspectiva diferente. Para la vicepresidente para asuntos internacionales del Global Center for Human Rights “la política es compleja” y “no hay partidos ni gobiernos perfectos, así como ningún hombre es perfecto en este mundo”.
“Es realmente el arte de lo posible, donde hay que buscar el equilibrio entre lo ideal y lo real. En ese sentido, hay que evaluar las políticas, las leyes, los resultados, el bien común, el respeto de la dignidad humana de cada persona. El juicio personal, no es nuestro, sino de Dios”, manifestó.
Además, Casillas resaltó que Bukele representa un cambio de paradigma en la política tradicional, que “respeta sobre todo la voluntad y los valores del pueblo salvadoreño” y que, mientras esa conexión se mantenga, los resultados de su gestión a favor de la vida serán positivos.
“Bukele está marcando un cambio de época, tal vez un cambio generacional, donde la política y las instituciones cambian a una velocidad difícil de asimilar. Hay que estar atentos porque tienen muchas cosas positivas que aportar. Riesgos hay siempre”, afirmó.
Sara Larín también denuncia que desde el despacho de la primera dama se han propuesto campañas para intentar redefinir el matrimonio tradicional, para permitir la adopción homosexual. “El Salvador es tan provida, que a pesar del poder político que tiene Bukele, los principios de la vida, la familia y la libertad religiosa no son negociables”, manifestó.
Para ella, la situación en el país centroamericano —aunada a una muy próxima decisión de la CIDH sobre el Caso Beatriz— puede ser definitoria para toda la región en materia de aborto y derechos fundamentales.
El nuevo período presidencial de Nayib Bukele iniciará el 1 de junio de 2024 entre controversias. Varios de sus detractores indican que la Constitución salvadoreña no permite los mandatos consecutivos, y que Bukele pone las leyes en un segundo plano “para hacer lo que él cree que es mejor”.
De acuerdo al artículo 152 de la Constitución de El Salvador, no puede postularse a la Presidencia de la República quien haya ocupado el cargo “por más de seis meses, consecutivos o no, durante el período inmediato anterior, o dentro de los últimos seis meses anteriores al inicio del período presidencial”.
En medio de polémicas decisiones de la Justicia salvadoreña, Bukele pidió licencia para el cargo de presidente de El Salvador el 30 de noviembre de 2023, con miras a postularse al segundo mandato en las elecciones realizadas el 4 de febrero de 2024, en las que finalmente triunfó.
Larín visualiza “muchas otras noches de desvelos y sacrificios” en los próximos 5 años para los activistas en favor de la vida y la dignidad humana. Asimismo, resalta el gran valor provida de la legislación salvadoreña “por el reconocimiento que dan a los derechos de la persona humana desde el instante de la concepción”.
“Ahora, con la reelección de Bukele, la Constitución de El Salvador es otro papel más que se puede ignorar o cambiar al deseo antojadizo del político más popular de turno”, concluyó.
“El político más popular de turno”
Nayib Bukele goza de un gran apoyo popular, como reconoce Larín, algo que puede explicarse gracias a sus políticas de seguridad que redujeron dramáticamente los índices delictivos en El Salvador. Cecilia Rivera, diputada al Parlamento Centroamericano por el partido Nuevas Ideas, defendió el gobierno “bukelista” y categorizó al presidente como un “gran defensor de la vida humana”.
Rivera reivindicó la legitimidad de la reelección de Bukele, resaltando la “enorme cantidad de votos” que recibió tanto dentro como fuera del país”. Además, indicó a ACI Prensa que “lo importante es el sentir del pueblo salvadoreño a favor del presidente, que reconoce su liderazgo”, algo que afirma comprobar día a día gracias a su trabajo en zonas rurales.
Sobre el tema del aborto, Rivera puntualizó que “nuestro presidente ha sido claro y ha concluido que la Constitución debe mantener sus principios y la fe puesta en Dios”. Asimismo añadió: “En ningún ente del Estado se ha dado cabida a que se le abra la puerta a estos temas. Definitivamente Nayib Bukele es un defensor de la vida desde todas sus ópticas”.
Sin embargo, al ser consultada sobre el Caso Beatriz y la postura de Bukele, la diputada Rivera manifestó que prefería no ofrecer declaraciones al respecto.
De igual manera, sobre la reforma constitucional impulsada por el vicepresidente Ulloa, Rivera expresó que “en el momento en que se presentó (2021) no eran una prioridad para El Salvador”. Además, afirmó que desconoce si se volverá a impulsar un proyecto similar en el futuro cercano.
“Yo siempre he escuchado (de Bukele) discursos contundentes contra el aborto y desconozco si alguna vez ha mencionado que lo acepta sólo cuando la vida de la madre está en juego. Siempre en sus discursos el aborto ha sido un no rotundo”, indicó.
Por último, Rivera resaltó las relaciones del Estado salvadoreño con la Santa Sede, afirmando que el Vaticano ha sido “muy respetuoso con respecto el principio de no injerencia”. Concluyó explicando que, hace algunos años, la feligresía católica no podía celebrar su fe en paz debido a la inseguridad y que, hoy en día, esa situación ha cambiado radicalmente.
Un llamado a Bukele y a su gobierno a ser congruentes con su discurso
Durante su primer mandato, se abrieron en el país cuatro clínicas de reproducción artificial, que ofrecen servicios de fecundación in vitro, congelamiento de gametos y diagnósticos genéticos preimplantacionales, que permiten descartar los embriones con síndrome de down que crean en sus laboratorios.
“Esta permisividad evidencia que su postura sobre el aborto no tiene una profundización sobre el verdadero valor de la vida humana”, sentenció Sara Larín, quien exhorta al presidente salvadoreño a mostrar “verdadero interés por la salud de las madres” y a no actuar con una “incoherencia extrema” en temas tan delicados e importantes para la sociedad y el futuro del país.
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