El 27 de enero, miles de jóvenes provenientes de todos los rincones de México se congregaron en las faldas del cerro del Cubilete, en el estado de Guanajuato, con un propósito claro: encontrarse con Cristo Rey.
En las primeras horas del día, bajo el frío de la madrugada, la emoción y la esperanza iluminaban los rostros de aquellos que se dieron cita para este significativo encuentro.
La jornada comenzó con un festival de música y adoración, proporcionando a los participantes la oportunidad de cantar, confesarse con los sacerdotes y compartir momentos de espiritualidad.
Con ánimos encendidos, la peregrinación comenzó. A lo largo de más de 20 kilómetros los jóvenes rezaron, lanzaron porras a Cristo Rey y disfrutaron de la compañía de peregrinos provenientes de distintos estados.