El Papa Francisco explicó el significado de la santa indignación: “si una persona no se enfada nunca, si no se indigna ante la injusticia, si no siente algo que le estremece las entrañas ante la opresión de un débil, entonces significaría que no es humana, y mucho menos cristiana”.
Continuando con su ciclo de catequesis sobre los vicios y las virtudes, el Papa Francisco reflexionó en la Audiencia General de este miércoles 31 de enero sobre la ira, “un vicio particularmente tenebroso”.
El Santo Padre explicó que la persona dominada por este vicio, “difícilmente logra disimular este ímpetu: lo reconoces por los movimientos del cuerpo, por la agresividad, por la respiración agitada, por la mirada torva y ceñuda”.
Precisó asimismo que a menudo la ira no se desata contra el culpable, “sino contra el primer desafortunado” que se pasa por delante.
Además, lamentó las ocasiones en las que los hombres “contienen su ira en el lugar de trabajo, demostrándose tranquilos y compasivos, pero que una vez llegados a casa se vuelven insoportables para la esposa y los hijos”.