En la Misa que marca el inicio del tiempo de Cuaresma, que sirve de preparación para la Pascua, el sacerdote y los ministros que lo asisten pronuncian una fórmula al imponer la ceniza en la frente de todos los fieles, incluso de los no católicos que quieran recibirlas.
El Misal romano señala que “todos los fieles se acercan al sacerdote que impone la ceniza sobre ellos; a cada uno le dice: 'Conviértete y cree en el Evangelio' (cf. Mc 1,15) o: "Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás" (cf. Gn 3,19).
¿Qué hace después de recibir las cenizas?
Una primera precisión es que no hay una indicación sobre algo que la persona deba decir o hacer, entonces es un momento para meditar en silencio lo escuchado tras la imposición de cenizas.
El P. Mauro Carlorosi, sacerdote argentino del Oratorio de San Felipe Neri y experto en el tema de la Divina Misericordia, indicó a ACI Prensa que, si bien “no hay un tiempo mínimo” establecido para llevar las cenizas impuestas en la frente o la cabeza, estas pueden servir para dar testimonio.