En la tarde de este jueves 25 de enero, el Papa Francisco se trasladó a la Basílica de San Pablo de Extramuros para presidir la celebración de las Segundas Vísperas por la Solemnidad de la Conversión del Apóstol San Pablo, en la que pidió rezar por la unidad en la Iglesia.
La celebración, que también coincidió con la conclusión de la 57ª Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos sobre el tema: “Ama al Señor tu Dios... y ama a tu prójimo como a ti mismo”, comenzó a las 17.30 (hora de Roma).
En la Vísperas participaron representantes de las demás Iglesias y Comunidades eclesiales presentes en Roma y, antes de la bendición apostólica del Pontífice, el Cardenal Kurt Koch, prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, dirigió una saludo al Papa Francisco.
“Dividir nunca es de Dios, sino del diablo”
El Papa Francisco centró su homilía en reflexionar acerca de la importancia de mantenerse unidos y advirtió que “dividir nunca es de Dios, sino del diablo”.
Remarcó que solamente el amor “que se convierte en servicio gratuito, sólo este amor que Jesús proclamó y vivió, acercará a los cristianos separados los unos a los otros”.