Ryan Realbuto, joven estadounidense de 23 años, fue asesinado el 19 de enero mientras volvía de una Hora Santa en Washington D.C. (Estados Unidos), según informa el National Catholic Register.
El joven, que era de un pueblo de Nueva York llamado Pittsford, tenía apenas cinco meses viviendo en la capital estadounidense, porque formaba parte de un programa de voluntariado para jóvenes organizado por el Cuerpo de Voluntarios de los Franciscanos Capuchinos, que tiene una duración de un año.
El Hno. Stephen Cantwell, franciscano capuchino en formación que supervisa partes del programa, contó al Register que en la tarde del 18 de enero, Realbuto fue con dos compañeros del voluntariado a la iglesia de la Inmaculada Concepción —como era su costumbre todos los jueves en la noche— para asistir a Misa y a la posterior hora de adoración eucarística.
Ese día, al ser tercer jueves del mes, después de los oficios religiosos, los voluntarios se quedaron un poco más en las instalaciones de la iglesia porque participaron de un evento social para jóvenes.
“Se quedaron hasta que terminó la reunión, sobre las nueve y treinta de la noche”, confirmó el P. Charlie Gallagher, párroco de la Inmaculada Concepción. Luego tomaron el metro hasta una estación cercana, donde se bajaron para caminar un kilómetro hasta la casa que compartían.
Poco después de las diez de la noche —continúa el Hno. Cantwell— un auto se estacionó bruscamente al lado de los tres jóvenes que caminaban y se bajó un hombre armado exigiéndoles dinero. Los voluntarios le indicaron que no tenían dinero en efectivo, por lo que el ladrón mandó a Realbuto a que desbloqueara su teléfono y se lo entregara.