A sus 33 años, el P. Marcin Jablonski, L.C., se ha convertido en el protagonista inesperado del equipo campeón del Rally Dakar, liderado por el piloto Carlos Sáinz y su copiloto Lucas Cruz, al conocerse que participó en la carrera y bendijo el vehículo que se hizo con la victoria final.
Quien ha desvelado la historia ha sido el copiloto Lucas Cruz quien, en una entrevista concedida a El Confidencial, hablaba de que habían sido muchas las dificultades vividas, pero que habían salido airosos de todas ellas: “No sé si es porque llevábamos un cura en el equipo, que nos bendijo el coche y nos salvó la papeleta”, explicó.
Cruz detalla que la incorporación del sacerdote legionario se produjo por invitación del ingeniero Daniel Gratacós, cuyos hijos acuden al Colegio Real Monasterio de Santa Isabel, en Barcelona, perteneciente al Regnum Christi, donde desarrolla su misión apostólica el joven sacerdote.
También Carlos Sainz, que se formó en el Colegio Retamar, obra corporativa del Opus Dei, ha dado importancia a este hecho en declaraciones al diario Marca en la que ha recordado su condición de católico y explicó cómo fue él quien le pidió que bendijera el coche: “Fue el único que bendijo de los tres... Me regaló una medallita, que fue todo el Dakar dentro del coche... y la verdad es que ha funcionado”, explicó.
“Nos han silbado las balas por todos lados y yo creo que ahí, el ángel de la guarda que nos destinó el Padre a cuidar al coche y a cuidarnos a nosotros. Ha trabajado de lo lindo, cosa que agradezco enormemente”, añadió el tetracampeón del Rally Dakar.
El P. Marcin siempre ha cultivado la pasión por el automovilismo deportivo, y, según detalló poco antes de su ordenación el pasado año, de no haber sido sacerdote, habría “intentado ser piloto de Fórmula 1” o comerciante internacional.