VATICANO,
El Papa Juan Pablo II ha enviado como delegado personal a Jartún, capital de Sudán, al Arzobispo Paul Josef Cordes, Presidente del Pontificio Consejo “Cor Unum”, para expresar el interés y la solidaridad del Pontífice a la población de Darfur.
Mons. Cordes, que ha viajado en compañía de Mons. Giovanni Pietro Dal Toso, Subsecretario de “Cor Unum”, recibió una carta del Secretario de Estado, Cardenal Angelo Sodano en la que se dice que, pese a los acuerdos entre el gobierno musulmán de Sudán y la organización rebelde SPLA-SPLM, que representa a la minoría negra cristiana y animista, “la dramática situación humanitaria en Darfur, que ha provocado clamorosas protestas, es fuente de gran preocupación para Juan Pablo II”.
El Purpurado agrega en la carta que el Santo Padre saluda a la comunidad católica y “a todas las poblaciones de Sudán afligidas y necesitadas, especialmente en la región de Darfur”.
“El Santo Padre espera –prosigue el texto- que todos los habitantes de Darfur reciban la ayuda humanitaria que necesitan, sobre todo en la inminente temporada de lluvias, durante la cual su supervivencia será aún más difícil”.
El Papa, dice la carta, “confía en que las autoridades sudanesas, en colaboración con la comunidad internacional, intensifiquen sus esfuerzos para llegar a una solución justa para Darfur. Esto sucederá cuando la voz de los pueblos de Darfur se escuche y reconozca y cuando se respeten sus derechos humanos fundamentales, especialmente el derecho a la vida, a la libertad política y religiosa, y a la existencia pacífica en sus territorios”.
Desde hace décadas, el gobierno musulmán de la capital sudanesa ha lanzado una campaña sistemática de exterminio para eliminar o someter al Islam a la minoría negra del sur, que es mayoritariamente cristiana y animista.