El Papa Francisco agradece a periodistas su “delicadeza” al informar sobre escándalos de la Iglesia

Para el Santo Padre, “ser periodista es una vocación, como la de un médico, que elige amar a la humanidad tratando sus enfermedades” y tocando “las heridas de la sociedad y del mundo”.

Recordó asimismo que esta vocación “es una llamada que viene de la juventud” y por ello les instó a volver “a las raíces de su vocación”.

“Cuánta necesidad de saber y de contar, por una parte, y cuánta necesidad de cultivar un amor incondicional a la verdad”, señaló.

El Papa Francisco también remarcó la paciencia de los vaticanistas para seguir día tras días las noticias que llegan de la Santa Sede, tratando de relatar “una institución que trasciende el aquí y ahora, y nuestras propias vidas”.

“Gracias por seguir al Papa por todo el mundo”

Los vaticanistas suelen acompañar al Santo Padre en sus viajes apostólicos, y por ello el Pontífice les agradeció por sus “sacrificios al seguir al Papa por todo el mundo y al trabajar a menudo incluso los domingos y días festivos”.

En este sentido, se disculpó “por las veces que las noticias que me preocupan de diverso modo os han alejado de vuestras familias, de jugar con vuestros hijos” y también de pasar tiempo con sus maridos o esposas. 

Según el Pontífice, este encuentro es “una ocasión para reflexionar sobre la fatigosa tarea del vaticanista de contar el camino de la Iglesia, de construir puentes de conocimiento y comunicación en lugar de surcos de división y desconfianza”.

Más tarde, recordó las palabras del veterano vaticanista del diario italiano Corriere della Sera, Luigi Accattoli, quien resaltó que, al frente de este trabajo, es posible aprender “el arte de buscar y contar historias de vida, que es una forma de amar al hombre”.

Citando a San Pablo VI, el Pontífice señaló que un periodista del Vaticano “no debe guiarse, como a veces sucede, por los criterios que clasifican las cosas de la Iglesia según categorías profanas y políticas, que no se adaptan a las cosas mismas, es más, a menudo las deforman, sino que deben tener en cuenta lo que verdaderamente informa la vida de la Iglesia, es decir, sus fines religiosos y morales y sus cualidades espirituales características”.

La delicadeza ante los escándalos

A continuación, destacó “la delicadeza que tantas veces tienen al hablar de los escándalos en la Iglesia: he visto en vosotros una gran delicadeza, un respeto”, también ante el silencio muchas veces “vergonzoso”.

A continuación, el Papa Francisco les agradeció de nuevo su esfuerzo por mantener la mirada “que sabe ver detrás de las apariencias, que sabe captar la sustancia, que no quiere plegarse a la superficialidad de los estereotipos y a las fórmulas preestablecidas de la información-espectáculo”.

También les animó a “seguir por este camino que sabe combinar la información con la reflexión, la palabra con la escucha, el discernimiento con el amor”.

La responsabilidad en la verdad

Recalcó además la dificultad de este trabajo, al tiempo que explicó que “la grandeza del vaticanista reside en la sutileza de alma que se añade a la habilidad periodística”.

Desde la majestuosa Sala Clementina, el Santo Padre destacó que “la belleza de vuestro trabajo en torno a Pedro es la de fundarlo sobre la roca sólida de la responsabilidad en la verdad, no sobre las frágiles arenas del chismorreo y de las lecturas ideológicas”.

Especificó que esto “radica en no ocultar la realidad y también sus miserias, sin edulcorar las tensiones pero al mismo tiempo sin hacer clamor innecesario, sino esforzándose por captar lo esencial, a la luz de la naturaleza de la Iglesia”. 

Por último, el Papa Francisco pidió a los periodistas que rezaran por él y más tarde les saludó personalmente uno a uno.