Con una Misa Solemne comenzó hoy la Vigilia Nacional de Oración por la Vida en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington D.C. (Estados Unidos), como antesala de la Marcha por la Vida que se realizará mañana, 19 de enero.
La Secretaría de Actividades Provida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) ha invitado a los fieles a participar en ambos eventos, que se llevan a cabo cada año, como una manera de levantar la voz en contra de la injusticia del aborto en el país y en todo el mundo.
La celebración estuvo presidida por Mons. Michael F. Burbidge, Obispo de Arlington y presidente del Comité de Actividades Provida de la USCCB. En su homilía, remarcó que si bien la anulación, en 2022, del fallo Roe vs. Wade (que legalizaba el aborto en todo Estados Unidos) “fue una victoria tremenda”, tampoco fue decisiva porque “aún hay mucho trabajo por hacer” en la lucha provida.
“Las vidas de los nonatos siguen en peligro. En algunos lugares más que nunca. Están arrebatándole la vida a niños inocentes. Las madres siguen sufriendo. Parejas, niños y familias siguen necesitados de recursos, apoyo y amor”, expresó.
Mons. Burbidge manifestó asimismo que “a pesar de los esfuerzos sin descanso de los obispos y de los fieles”, y aún después de la ilegalización del aborto a nivel federal, todavía se han perdido vidas inocentes a causa de la enmiendas constitucionales a favor del supuesto “derecho al aborto” en varios estados del país.
“Con estas derrotas hemos aprendido lecciones prácticas e importantes”, expresó el Obispo de Arlington, y señaló que grandes sumas de dinero están detrás de los adversarios de la causa provida para ayudarlos “a mentir, a engañar a la gente y para retratar a quien se atreva a defender la vida como un irracional, radical e intolerante”.