Ninguno de los culpables de haber masacrado a más de 300 cristianos nigerianos en diciembre de 2023 se ha visto obligado a rendir cuentas ante la justicia, según informó la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés).
El mes pasado, pastores musulmanes de la etnia fulani atacaron a los cristianos de decenas de aldeas, entre el 23 y el 26 de diciembre, “disparando a la gente con ametralladoras, incendiando casas y provocando el desplazamiento de miles de habitantes que perdieron sus hogares y bienes”.
La fundación conversó con un sacerdote local, el P. Andrew Dewan, director de comunicaciones de la Diócesis de Pankshin, en donde tuvieron lugar la mayoría de los ataques musulmanes. En la diócesis continúan los asesinatos actualmente, explica el sacerdote. A su juicio, el Estado de Nigeria no está haciendo lo necesario para proteger a los cristianos.
Esta realidad ocasiona que las personas acudan a las iglesias para protegerse antes que a las comisarías, “porque no confían en las instituciones gubernamentales”, indicó. Además, compartió que en la ciudad de Bokkos existen “hasta 16 campos de desplazados, la mayoría en torno a edificios de la Iglesia”.
“Los agentes de las fuerzas de seguridad, que no dispararon ni una bala durante los ataques, son los mismos que patrullan de vez en cuando”, comenta el sacerdote. La comunidad cristiana se ha enterado de algunas detenciones relativas al caso, pero no han sabido de ningún proceso penal, lo que el P. Dewan califica como una “gran frustración” para los sobrevivientes y familiares de las víctimas.
“Estamos acostumbrados a esta farsa: a menudo, a los agresores se los detiene y luego se les deja en libertad. Los políticos pronuncian discursos que no contienen ni una pizca de verdad. Hacen promesas y se comprometen a rehabilitar y reinsertar a todos los desplazados en sus hogares ancestrales, pero a menudo no cumplen”, sentencia el presbítero.