Este 15 de enero se conmemora a San Mauro, gran discípulo del Abad San Benito, quien es conocido por la famosa cruz de exorcismo. La tradición señala que ambos buscaron salvar al pequeño San Plácido y es así como San Mauro obró un milagro extraordinario.
De acuerdo a Vatican News, sitio web de noticias del Vaticano, el papá de San Mauro le presentó a San Benito cuando el Abad “comenzó a organizar la experiencia monástica en Subiaco, hacia el año 500”. Más adelante San Mauro se convirtió en discípulo de San Benito.
El libro Leyenda Dorada, del Beato dominico Santiago de la Vorágine, narra con detalle uno de los milagros que, según Vatican News, “hizo más famoso” a San Mauro.
El Beato cuenta que en el monasterio había un niño de nombre Plácido, quien era oblato, es decir que fue encomendado a San Benito para que se educara en la fe, según explica la Enciclopedia Católica.
El pequeño un día fue por agua al río. Mientras llenaba su cántaro, se cayó al cauce y la corriente lo arrastró hasta el centro. En ese momento San Benito tuvo una “iluminación divina” y vio lo que le sucedía al niño. Llamó a Mauro de inmediato, le contó lo que estaba pasando y lo mandó a salvarlo.
Mauro fue rápidamente, cruzó el río caminando sobre las aguas, tal como lo hizo Cristo, y jaló a Plácido hasta la orilla. Luego llevó al pequeño hasta el monasterio.