El Arzobispo de Lima (Perú), Mons. Carlos Castillo Mattasoglio, ha aclarado que el “robo y utilización vil” de la Eucaristía implica pena de excomunión late sententiae. El mensaje del prelado peruano se produce pocos días después de que, en un programa de YouTube, una supuesta “vidente” animara a usar hostias consagradas en rituales de purificación.
“El Arzobispado de Lima, ante la absoluta falta de respeto a la fe de los católicos expresada en el maltrato a la Eucaristía –presencia real de Jesucristo entre nosotros, instituida por el propio Jesús– incitando a su robo y utilización vil, manifiesta su firme rechazo ante tan frívola e irresponsable utilización que constituye, en la Iglesia, un acto sacrílego que implica pena de excomunión late sententiae [ndR: automática] para el creyente que lo perpetre o lo incite”, indica un comunicado emitido el 7 de enero.
El pasado 27 de diciembre, durante la emisión del video podcast Mujeres de la PM, la “vidente” Erica Serrano alentó a las personas a utilizar las hostias consagradas para realizar rituales esotéricos. Días después, frente a una ola de críticas y el pronunciamiento del Episcopado peruano, el programa decidió eliminar el fragmento del video que causó la indignación de los católicos peruanos.
De acuerdo al Arzobispado de Lima, quienes cometieron el agravio “deben recordar que no se ha cometido sólo un acto sacrílego, sino, también, un daño a un valor fundamental que contribuye a la unidad y conformación humana y espiritual de la nación peruana”.
Este valor nacional, explica el comunicado, está protegido en el artículo 50 de la Constitución, en el que se lee: “el Estado reconoce a la Iglesia Católica como elemento importante en la formación histórica, cultural y moral del Perú, y le presta su colaboración”.
Mons. Castillo hizo, además, un llamado a creyentes y no creyentes “a proteger todos los elementos de valor humano y religioso que han dado sentido a nuestra peruanidad y que hemos heredado desde la fundación de la República”. Dichos valores, explica, “no pueden ser pisoteados, ni mal usados, ni denigrados, ni vapuleados, ni confundidos con sortilegios y hechicerías que, más bien, constituyen signo de antireligión”.