Sacerdotes responden a “vidente” que anima a usar la Eucaristía en rituales de “purificación”

El P. Gaspar precisó además que el Código de Derecho Canónico, la norma que regula a la Iglesia universal, establece en el canon 1382 § 1 que “quien arroja por tierra las especies consagradas, o las lleva o retiene con una finalidad sacrílega, incurre en excomunión latae sententiae [automática] reservada a la Sede Apostólica”.

Por su parte, el P. César Valdivia, párroco de la parroquia Divino Niño en Lima (Perú), advirtió que Serrano “invita a la audiencia a robarse la Eucaristía de la Santa Misa para usarla en estas brujerías”.

“Esto es un grave pecado mortal: utilizar la Sagrada Comunión para usarla en brujerías es un sacrilegio. La Eucaristía es la presencia real del cuerpo y sangre de Cristo. Alentar a ir a la Misa y fingir comulgar para después llevar la Hostia a estos ritos es mentiroso y repulsivo”, expresó.

“Es verdad, los sacerdotes siempre hemos sabido que existen personas que realizan esto, brujos y brujas, pero siempre a escondidas y en secreto. Es la primera vez que al menos yo veo que se alienta a este uso grave en público”, lamentó el presbítero en un post de Facebook este 5 de enero.

El P. Valdivia precisó además que “no existen brujas o brujos blancos, buenos, piadosos, compatibles con la fe. (…) Noten cómo esta señora incluso dice que hay que robar la Hostia pero no el domingo, porque el domingo se comulga, como ¿buena católica? Ahí las personas se confunden. Es el anzuelo de piedad o bondad para creer que todo lo demás estará bien. Esto es un engaño”.

“Todo brujo o bruja, blanca, negra, marrón o fucsia, obra con sus brujerías en contra de Dios, lo sepa o no lo sepa ella misma. Nos induce a un pecado mortal y abre las puertas a la acción del demonio en nuestras vidas”, explicó el sacerdote.

Para concluir, el P. Valdivia resaltó que “como católicos no podemos aceptar esta ofensa grave contra Cristo y nuestra fe. Tampoco podemos permitirlas en nuestras propias prácticas de vida. La Eucaristía es nuestro tesoro más precioso. Las brujerías rompen con el amor y la ternura de Dios en nuestras vidas”.