TOKIO,
Otrora señalado como el país modelo en materia de control de natalidad, Japón está ahora viendo la manera de revertir la grave disminución de la natalidad y el envejecimiento acelerado que, según las últimas estadísticas, podría reducir la población del país a la mitad.
Según el Ministerio de Salud japonés, la tasa de fecundidad de 2003 fue de 1,29 niños por mujer, el punto más bajo en la historia del Japón y muy lejos de la tasa de 2,5 necesaria para la reposición poblacional.
Con esta tasa, los demógrafos estiman que en 2050 la población japonesa retrocederá de 127 millones a 100 millones, en 2100 pasará a 64 millones y en unos pocos siglos más se extinguirá.
Según Tetsuo Yoshioka, director del Departamento de Natalidad del Ministerio de la Salud, la razón de esta caída poblacional es el incremento de los matrimonios tardíos, el dramático incremento de la soltería y el descenso sostenido –desde 1990- de la procreación en las parejas casadas.
Entre 1975 y 2000, los hombres no casados de entre 25 y 29 años pasaron de 48,3 por ciento a 69,3 por ciento; y creció más del doble entre las mujeres, pasando de 20,9 por ciento a 54 por ciento.
Según Junko Sakai, autora de la obra “Disminución de la Natalidad” (2003), la tendencia refleja el creciente individualismo de la sociedad japonesa: “Las mujeres se hicieron más individualistas y los hombres se niegan a sacrificar su libertad a cambio del matrimonio y de la paternidad”.