El P. Andrés Esteban López Ruiz, miembro del Colegio de Exorcistas de la Arquidiócesis Primada de México, alertó recientemente sobre los riesgos del culto a la “Santa Muerte”, advirtiendo que aquellos que lo realizan “adoran implícita o explícitamente a Satanás, arriesgándose a someterse a él y experimentar su acción extraordinaria”.
En un artículo publicado en el sitio web de la Asociación Internacional de Exorcistas, el sacerdote hizo notar que la “proliferación de este culto ha llevado a un aumento significativo de la acción extraordinaria del diablo”, que puede incluir la posesión demoníaca.
El P. López Ruiz indicó que los exorcistas mexicanos han confirmado “numerosos casos de vejaciones, obsesiones y posesiones demoníacas vinculadas a la práctica y la creciente propagación del culto a la ‘Santa Muerte’”.
De acuerdo al sacerdote, este culto, lejos de ser un “fenómeno prehispánico”, se remonta a inicios de la década de 1960, y ganó más notoriedad en 1965. En ese año, señaló, se promovió en el mercado de Tepito en la Ciudad de México, un lugar “conocido por el contrabando y las actividades ilegales”.
Además, indicó, tuvo un “desarrollo significativo” en Catemaco, localidad en el estado de Veracruz que tiene “una antigua tradición de brujería, chamanismo y ocultismo”.
Se trata de una “versión mexicana de adoración satánica”, puntualizó, que fusiona elementos de la “quimbanda brasileña, la santería cubana, culturas prehispánicas y satanismo oculto”.