La Navidad es un tiempo de reconciliación. Dios mismo quiso hacerse hombre y venir al mundo para salvar a la humanidad, para reconciliarla con Él. La Navidad rompe esquemas y cambia paradigmas. Tal es el caso de Zubair Simonson, un exmusulmán convertido al catolicismo que comparte su historia con el National Catholic Register.
“El odio consume. El odio hacia un supuesto enemigo puede ser tan devastador que uno preferiría ver a ese enemigo perjudicado que ver a un supuesto ‘amigo’ salvarse”, comenta Zubair al recordar su infancia, profundamente marcada por una educación que le enseñó a odiar de forma visceral a los judíos.
Simonson se crió en los Estados Unidos, muy lejos de Tierra Santa. Sin embargo, desde muy pequeño fue introducido en una narrativa de “opresores” y “oprimidos”, de un pueblo que tenía toda la culpa y un pueblo que nunca hizo nada reprochable. “Lo había oído reforzado, una y otra vez, en la mezquita. Lo había oído reforzado, una y otra vez, en las casas de familiares y amigos”, recuerda.
En la vida cotidiana de Zubair era normal sospechar: pasaba con los medios de comunicación supuestamente dominados por los judíos, y con toda persona con la que un musulmán tuviera un desacuerdo. “Él es judío”, comentaban entre sí en tono de burla cuando surgían disputas, incluso por cosas totalmente superficiales.
Para él y para todo su entorno, Israel era una nación formada por fundamentalistas y extremistas. “Los ataques perpetrados por terroristas palestinos a menudo se consideraban el recurso desesperado de un pueblo que luchaba por preservar su dignidad”, explica.
El conflicto en Tierra Santa era para su comunidad musulmana “un concepto, más que una realidad a enfrentar”, debido a la distancia geográfica que los separaba de la región. Esto, reconoce Zubair, hacía mucho más fácil que los musulmanes repitieran cualquier creencia, teoría o ideología que consideraran “correcta” a pesar de que no tuviera fundamento lógico, mientras que las familias de israelíes y palestinos inocentes sufrían las consecuencias verdaderas y muy reales de la guerra.