“Agradezco enormemente su carta. Quiero que sepa que respeto las decisiones de las personas y grupos que actúan en conciencia para rezar, reunirse, reflexionar, etc”. Así comienza la misiva que el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Cardenal Juan José Omella, ha hecho llegar a José Andrés Calderón, impulsor del Rosario Nacional por la Unidad de España.
En una escueta epístola fechada el 20 de diciembre a la que ha tenido acceso ACI Prensa, el Purpurado responde a la extensa misiva que le remitió Calderón para tratar de explicar al Arzobispo de Barcelona la profundidad y el carácter de esta convocatoria.
Calderón lo hizo tras unas declaraciones del presidente de la CEE en las que, preguntado por el rezo del Rosario, señaló:
“Las personas que rezan y que piden, yo qué sé lo que pide cada persona en su conciencia… allá ellos y sus grupos. Nosotros no controlamos las personas y los grupos. Nosotros lo que queremos es siempre trabajar codo a codo, decir lo que hay que decir, y trabajar codo a codo por el bien común, si nos dejan y si cuentan con nosotros. Lo que no vamos a hacer es batallas políticas y batallas de hacer caer gobiernos, no sé si me explico. Nosotros propondremos valores que hay que defender, valores por los que hay que trabajar y luchar y ya está. Eso es lo que tenemos que hacer. Eso es lo propio de un cristiano y lo propio de un ciudadano democrático”.
Así, le detalló las circunstancias en las que surgió la convocatoria para rezar el Rosario así como las trabas que ha puesto el Gobierno para impedir esta manifestación pública de fe y el dilema moral que, en conciencia y arriesgando su futuro profesional, ha afrontado Calderón. Por último, detallaba las razones sociopolíticas que algunos obispos han visto con preocupación, llegando a calificar de “inmorales” los pactos para formar Gobierno.
Respecto de sus declaraciones del día 12, el Cardenal Omella afirma que el sentido de sus palabras “no era otro que la afirmación de que la Iglesia, en cuanto institución, no tiene la misión de destituir Gobiernos, sino de ser canal de diálogo para construir un mundo justo, libre y en paz, donde quepan todas las opciones democráticas”.