Los obispos católicos de todo el mundo están profundamente divididos sobre la declaración doctrinal del Vaticano que permite impartir bendiciones no litúrgicas a parejas del mismo sexo: algunos obispos acogen con agrado la noticia, otros la abordan con cautela, mientras que un tercer grupo se niega rotundamente a implementarla.
En algunos países, entre ellos Austria, Alemania y Francia, muchos líderes de la Iglesia Católica han acogido cálidamente las nuevas directrices sobre las bendiciones. Los líderes de las conferencias episcopales de Alemania y Austria han sugerido que los sacerdotes no pueden negarse a impartir bendiciones a las parejas homosexuales.
Los líderes de la Iglesia Católica en otros países, a saber: Estados Unidos, Filipinas, Ucrania, Ghana y Kenia, han aceptado en su mayoría la declaración, pero también instan a tener precaución en su implementación. Esto, dicen, es para evitar cualquier confusión que lleve a la gente a creer incorrectamente que la Iglesia permite la actividad homosexual.
Por otro lado, los líderes de la Iglesia en al menos tres países se niegan a implementar la declaración en su totalidad: Kazajstán, Malawi y Zambia. Dos obispos kazajos han sido más críticos que otros, llegando incluso a amonestar al Papa Francisco por aprobar la declaración.
La declaración, titulada Fiducia supplicans, permite bendiciones pastorales “espontáneas” para “parejas del mismo sexo” y otras parejas en “situaciones irregulares”. No permite bendiciones litúrgicas para parejas homosexuales y establece que las bendiciones pastorales no deben realizarse “al mismo tiempo que los ritos civiles de unión, ni tampoco en conexión con ellos”, ni con “vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio”.