El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, informó a los periodistas el lunes que, aunque la administración expresó “preocupaciones específicas” sobre el asesinato de dos mujeres cristianas civiles en la única iglesia católica de Gaza, confía en que los israelíes “no están convirtiendo la matanza, la tortura y la violación de civiles en Gaza en un objetivo de guerra”.
El Patriarcado Latino de Jerusalén dijo el sábado que “alrededor del mediodía” del 16 de diciembre, un francotirador de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) “asesinó a dos mujeres cristianas dentro de la parroquia de la Sagrada Familia en Gaza, donde la mayoría de las familias cristianas se han refugiado desde el inicio de la guerra”.
Kirby afirmó que la Casa Blanca "planteó ese incidente específico" a las autoridades israelíes y les instó a "ser lo más cuidadosos, deliberados, quirúrgicos y cautelosos posible para minimizar las bajas civiles”.
“La cifra correcta de bajas civiles es cero. No queremos ver a una sola persona inocente herida o asesinada como resultado de este conflicto”, dijo Kirby, al tiempo que señaló que “está ocurriendo que la gente está siendo asesinada, la gente está resultando herida. Reconocemos eso. Pero está lejos de decir que es parte de los objetivos de guerra, como lo fue para Putin, como lo fue para Hamás”.
Las FDI negaron ser responsables de las muertes, indicando en un comunicado enviado por correo electrónico a CNA —agencia en inglés de EWTN News— que “representantes de la iglesia contactaron a las FDI con respecto a explosiones que se escucharon cerca de la iglesia", pero "no se informó de ... civiles heridos o muertos”.
Vatican News informó el 16 de diciembre que Samar Anton y su madre, Nahida Anton, fueron las dos mujeres cristianas asesinadas en la parroquia de la Sagrada Familia.