El Papa Francisco reveló en una reciente entrevista que le gustaría ser enterrado en la basílica romana de Santa María la Mayor debido a una promesa que le hizo a la Virgen Salus Populi Romani (protectora del pueblo romano), por la que siente una especial devoción.
En declaraciones a Valentina Alazraki, vaticanista mexicana, el Santo Padre afirmó que “ya está el lugar preparado” y que, a diferencia de la mayoría de los pontífices, su féretro no será colocado en la basílica de San Pedro del Vaticano.
Sin embargo, no es el primer pontífice en tomar esta decisión. En concreto, las tumbas de otros seis papas se encuentran en esta basílica que alberga el antiguo icono de la Virgen que el Papa Francisco visita antes y después de cada Viaje Apostólico.
Estos son Honorio III (1150-1227), San Pío V (1566-1572), Nicolás IV (1227-1292), Sixto V (1585-1590), Clemente VIII (1592-1605), Pablo V (1605-1621) y Clemente IX (1667-1669).
Desde el final del Concilio de Trento —en 1563— ha habido 42 papas: desde Pío IV, que concluyó el Concilio de Trento, hasta el Papa Francisco, el pontífice reinante actualmente. De ellos, 14 no están enterrados en el Vaticano.
Además de los seis ya citados, Pío IV (1559-1565) está enterrado en la Basílica romana de Santa María de los Ángeles y de los Mártires; Urbano VII (1590, cuyo pontificado duró sólo 12 días) en la Basílica de Santa María Sopra Minerva; Gregorio XV (1621-23), en la iglesia de San Ignacio de Loyola al Campo Marzio; e Inocencio X (1644-1655), en la iglesia de Santa Inés en Agonía.