16 de diciembre de 2024 Donar
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Huérfano rescatado por Madre Teresa promueve causa de canonización de monja en Estados Unidos

Patrick Norton cerca de la tumba de la hermana Annella Zervas, octubre de 2022./ Crédito: Patti Armstrong

Apuntando hacia la gruta de la Virgen de Lourdes en el cementerio del Monasterio de San Benito en St. Joseph, en Minnesota (Estados Unidos), Patrick Norton, de 61 años, recuerda el día hace 13 años cuando se encontraba pintando postes de luz frente a una escultura de la Santísima Madre y tuvo un encuentro con quien él sostiene que era la Hna. Annella Zervas, OSB.

Zervas, religiosa benedictina, murió en 1926 a la edad de 26 años, a causa de una enfermedad cutánea debilitante.

Norton, que fue rescatado de las calles de Bombay siendo niño por la Santa Madre Teresa de Calcuta y luego adoptado por una familia estadounidense, fue contratado por el College of Saint Benedict el 27 de octubre de 2010, para hacer algunas pinturas. Le contó a CNA —agencia en inglés de EWTN News— que mientras terminaba de pintar el último poste de luz frente a la gruta, pensó para sí mismo: “¿A la Santísima Madre le parecerá que estoy haciendo un buen trabajo?”. Cuando miró hacia abajo, había una religiosa con el hábito benedictino completo.

“‘Estás haciendo un buen trabajo’, me dijo. Hablamos un poco, pero no recuerdo sobre qué. Luego vi cómo desaparecía”, relató a CNA.

El encuentro fue tan sorprendente que Norton se lo guardó para sí mismo durante un año. Pero en una conversación casual, le comentaron “hay una monja santa enterrada en ese cementerio” y llegó a enterarse que se trataba de Zervas. Con el tiempo, vio una foto de ella y estaba seguro de que era la persona que se le había aparecido.

Patrick Norton junto al poste de luz que estaba pintando cerca de la gruta mariana cuando vio a una mujer vestida con el hábito benedictino y que cree que era la hermana Annella Zervas. Crédito: Patti Armstrong

Una religiosa anciana en el Monasterio de San Benito, que también se llamaba Hna. Annella, compartió con Norton fotografías de la Hna. Zervas y un folleto sobre su vida llamado “Apóstoles del sufrimiento en nuestro día”, del sacerdote benedictino Joseph Kreuter, publicado en 1929.

“¿Por qué aún no es santa?”, preguntó Norton.

“Oh, tengo más de 80 años y soy la única que promueve su causa”, respondió la religiosa.

“Hermana, ¿por qué no puedo ayudarte?”, respondió él.

Norton cuenta que ella simplemente lo miró. “No tenía experiencia, pero sentí compasión por ella, y además, vi a la Hna. Annella, así que sentí que debía promover su causa”.

Leyó en el folleto que Zervas ingresó al convento a los 15 años y murió a los 26 de una dolorosa y desagradable enfermedad cutánea. También fue objeto de ataques del diablo y de una acidez estomacal que le dificultaba ingerir alimentos. En el momento de su muerte, pesaba apenas unos 18 kilos. Aun así, le pidió a Dios que le permitiera sufrir aún más y que le diera la fuerza para soportarlo y ofrecerlo por la Iglesia.

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Cada semana, Norton hacía 10 copias del folleto para repartirlo. “Iba a la tumba de la Hna. Annella y le decía: ‘Si voy a hacer más libros, necesito dinero’”.

Poco después, tuvo una conversación con alguien que acababa de conocer y le habló de Zervas. “¿Cómo puedo ayudar?”, le preguntó la persona.

“¿Puedes ayudarme a hacer 20 libros a la semana en lugar de sólo 10?”, preguntó.

“¿Qué tal 20.000?”, respondió el donante, que quiso permanecer en el anonimato.

El número de libros que Norton ha distribuido hasta ahora es aproximadamente 100.000. También se publicó anteriormente en francés y en cingalés.

Otro buen samaritano organizó una entrevista para Norton en un video llamado “The Sanctity of Two Hearts” (La santidad de dos corazones).

Un amigo de Norton localizó a Joanne Zervas, sobrina de la Hna. Annella, y Norton se reunió con ella. La mujer le dio muchos objetos personales de su tía para que los custodiara, incluyendo cartas familiares, una cuchara de plata usada para dar la Comunión a Zervas cuando estaba incapacitada, su Rosario, un libro manchado con lo que se cree que es su sangre, y velas que ardieron en su habitación cuando murió.

Corrió la voz sobre la hermana y hubo informes de oraciones que fueron respondidas a través de su intercesión. Sin embargo, parecía improbable que se abriera una causa para su canonización.

Norton contó que el Obispo de St. Cloud, Mons. Donald Joseph Kettler, lo alentó a seguir contando su historia, pero se negó a tomar medidas adicionales para respetar los deseos de las hermanas benedictinas que no estaban interesadas en abrir una causa para Zervas.

En un artículo de SC Times en 2017, un portavoz de las hermanas de la Orden de San Benito en St. Joseph, Minnesota, indicó que no era la manera benedictina promover a una hermana por encima de otra, ya que sería “contrario a la humildad”. Un portavoz de la diócesis explicó que sin su apoyo no habría causa.

Pero Norton y un pequeño grupo que se formó para rezar para que se abriera su causa se reunieron mensualmente en el cementerio y siguieron rezando.

Después de años de desilusión, el Arzobispo de St. Paul y Minneapolis, Mons. Bernard Hebda, informó a Norton que estaba apelando a la diócesis equivocada. Zervas había muerto en la casa de sus padres en Moorhead, Minnesota, que está en la Diócesis de Crookston. Pero nuevamente, no hubo interés en abrir una causa allí.

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“Pasé por la oscuridad”, admitió Norton. “Decía: '¿En verdad, Señor, me estás escuchando?' Un día dije: 'No estoy haciéndome más joven, ya sabes'”.

Norton cuestionó si él era la persona adecuada para promover a Zervas. “No soy médico ni abogado; solo soy pintor”, expresó. Pero le había dicho al Señor: “Déjame vivir cada día para ti, y contaré a la gente sobre ella a través de mi nada”.

Patrick Norton habla durante un evento en la gruta del cementerio, durante un evento donde se leyó la carta del obispo en octubre de 2023. Crédito: Patti Armstrong

Luego, en 2021, el Obispo Andrew Cozzens fue nombrado para la Diócesis de Crookston. Norton escuchó que Mons. Cozzens había conocido la vida de Zervas desde que era niño. Luego, el 15 de octubre, Norton escuchó, a través de una carta del obispo que fue leída en el cementerio al grupo de oración, que la diócesis estaba tomando medidas iniciales para comenzar una investigación sobre la vida de la religiosa.

Norton lleva más de una década promoviendo la historia de Zervas.

“No pude conciliar el sueño esa noche. Yo estaba abrumado. Lo primero que hice fue agradecer a Nuestro Señor y a Nuestra Señora. Antes de acostarme, todas las noches, siempre beso la mejilla de la estatua de Nuestra Señora de Fátima [en su casa] y digo: 'Buenas noches, Madre'. Y beso los pies de Nuestro Señor en un gran crucifijo de un monasterio en España y digo: 'Tú eres mi Señor y mi Dios'. No hay otro Dios y te amo'”, sostuvo.  

“Incluso antes de que se me apareciera la Hna. Annella, cada Día de la Madre llevaba rosas a la gruta y le decía [a María]: 'Eres la mejor mamá del mundo. Feliz Día de la Madre, mamá.' Me sentaba allí, miraba el gran crucifijo y rezaba el Rosario”, agregó.

Norton asegura que está en paz con sus esfuerzos a lo largo de los años para dar a conocer la vida y la santidad de Zervas. “Dado que la diócesis se hará cargo, simplemente guardaré silencio y haré lo mejor que pueda para vivir en humildad y orar. Rezaré mucho y agradeceré al Señor por el trabajo que está haciendo”.

Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.


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