Al recibir a la delegación de los donantes del árbol de Navidad y del nacimiento o belén que estarán en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Papa Francisco alentó a hacer silencio y oración ante el nacimiento, también el que está en cada casa, para escuchar a Jesús.
En el Aula Pablo VI, el Pontífice saludó “a la delegación de Rieti, en cuyo territorio se han realizado las representaciones de la Natividad, y a la del municipio de Macra, en la provincia de Cúneo, de donde, precisamente del Valle Maira, procede el abeto blanco elegido como árbol de Navidad”.
“El belén instalado en la Plaza de San Pedro quiere evocar, después de ochocientos años, el ambiente navideño del año 1223 en el Valle de Rieti, donde estuvo San Francisco. Su viaje a Tierra Santa aún estaba vivo en su mente y las grutas de Greccio le recordaban el paisaje de Belén”, continuó el Santo Padre.
Por ello, San Francisco de Asís “pidió representar la escena de Navidad en aquel pequeño pueblo: llegaron muchos frailes de diversas partes y también hombres y mujeres de las casas rurales de la zona, realizando un belén viviente. Así nació la tradición del pesebre tal como la entendemos”.
Al cumplirse este 2023 los 800 años de ese primer nacimiento, el Vaticano ha dispuesto que entre el 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, hasta el 2 de febrero de 2024, fiesta de la Presentación del Señor, los fieles podrán obtener la indulgencia plenaria si rezan ante un pesebre en una iglesia franciscana.