Erika J. Ahern, madre católica de seis hijos, escritora especializada en temas de paternidad y familia, y autora del libro Outside the Box, compartió siete consejos en el National Catholic Register que pueden orientarnos a vivir el Adviento con auténtica alegría navideña.
Ahern rememoró que "en los primeros días de la Iglesia, el Adviento se asemejaba mucho a la Cuaresma: 40 días de preparación para celebrar el nacimiento del Mesías". Por ejemplo, "en el siglo VI, Gregorio de Tours escribió que los católicos ayunaban los lunes, miércoles y viernes desde la festividad de San Martín de Tours, que tenía lugar el 11 de noviembre, hasta el día de Navidad", explicó.
En la actualidad, el Adviento se celebra únicamente durante cuatro domingos y la práctica del ayuno se ha flexibilizado, cambios que la Iglesia ha observado durante casi mil años, según indicó. No obstante, señaló que la verdadera práctica de la "penitencia de Adviento" prácticamente ha desaparecido por completo de nuestra cultura actual, al igual que muchas otras tradiciones cristianas.
Ahern recordó que en el Evangelio de Mateo, "Jesús nos dijo que las multitudes dejaron los pueblos y ciudades, y salieron al desierto para escuchar a Juan el Bautista. De la misma manera, las restricciones de COVID nos han enviado al desierto, lejos de las distracciones". Así que el Adviento, puede ser un tiempo más tranquilo para escuchar la "voz del que clama en el desierto", afirmó.
"Así como la observancia de la Cuaresma aumenta el gozo de la Pascua, la observancia del Adviento dará frutos en una alegría navideña que nunca creíste posible", dijo y alentó a que este año aprovechemos el tiempo de Adviento que Dios nos regala con ayuno, oración y limosna. Por ejemplo, en vez de la fiesta de la oficina, planifiquemos "un tiempo de oración en familia", y en vez de gastar dinero para las galletas de Navidad, démoslo a los pobres, agregó.
En ese sentido, brindó a las familias 7 formas concretas de vivir el Adviento, "no como una época previa a la fiesta de Papá Noel", sino como "una 'mini-Cuaresma' de oración, ayuno y limosna" que realmente nos ayude a vivir este tiempo de preparación con verdadera alegría navideña.