Cada 9 de diciembre, la Iglesia Católica celebra la festividad dedicada a San Juan Diego, el vidente de la Virgen de Guadalupe. Reconocido por el acontecimiento guadalupano entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531, su vida tiene muchos detalles que son desconocidos por muchos.
1. Su nombre y conversión
El periodista y escritor Carlos Villa Roiz, autor de libros como San Juan Diego, su mundo y su tiempo, indicó en entrevista con ACI Prensa que San Juan Diego fue originalmente nombrado como “Cuautlatoatzin, palabra náhuatl que significa águila que habla”.
Asimismo, explicó que fue Fray Toribio de Benavente, apodado por los propios indios como Motolinía y fue uno de los primeros 12 misioneros franciscanos españoles que llegaron a México para evangelizar, quien le otorgó el nombre de Juan Diego después de bautizarlo.
Si bien se desconoce cómo fue la conversión del indio, porque “en los primeros años de evangelización no hay ningún tipo de registro”, el escritor señala que el Nican Mopohua —documento histórico que relata las apariciones de la Virgen—, señala que cada sábado Juan Diego recibía lecciones de catecismo en el Colegio de Tlatelolco, en la actual Ciudad de México.
Desde su casa, en la región en la que hoy se encuentra Cuautitlán, al lugar donde era evangelizado recorría una distancia de unos 28 kilómetros. Recorrer ese camino a pie actualmente tomaría al menos seis horas.