El Papa Francisco dirigió el rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano con ocasión de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, que se celebra este viernes 8 de diciembre.
A pesar de que todavía continúa con algunos síntomas de un catarro que arrastra desde el 25 de noviembre y que le ha provocado una inflamación pulmonar, el Santo Padre leyó el texto completo y también saludó con ánimo a los fieles que le escuchaban desde la plaza de San Pedro del Vaticano en esta importante festividad.
Con la respiración un tanto agitada y una tos leve, el Pontífice destacó dos actitudes de la Virgen María que ayudan a comprender cómo “custodió el don único que recibió: un corazón totalmente libre del pecado”.
Estas dos actitudes, — explicó — son “el asombro ante las obras de Dios y la fidelidad en las cosas simples”.
El asombro
El Papa Francisco remarcó que tras el anuncio del ángel, la Virgen María queda “sorprendida, desconcertada, turbada”.