El Papa Francisco ha invitado este 3 de diciembre, Primer Domingo de Adviento, a que durante las semanas previas a la Navidad, preparemos “con esmero la casa del corazón, para que esté ordenada y sea acogedora” para recibir a Jesús.
La Santa Sede confirmó ayer que las condiciones de salud del Papa están mejorando y por precaución ha rezado el Ángelus este domingo desde la Casa Santa Marta. El comentario del Evangelio del día del Santo Padre fue leído por Mons. Paolo Braida, de la Secretaría de Estado.
Desde el inicio de su reflexión, enfatizó el tema de la vigilancia, una virtud que, según el Papa, “no debe entenderse como un temor ante un castigo inminente, sino como una actitud llena de anhelo y espera”. El Evangelio del día (cf. Mc 13,33-37), nos presenta tres veces la exhortación de Jesús: “Estén vigilantes”.
El Santo Padre empleó un ejemplo para ilustrar la vigilancia, hablando de un amo que regresará y de sus siervos que lo esperan con afecto y cooperación. La vigilancia de los siervos, según Francisco, “no se basa en el temor, sino en el anhelo, en la espera de ir al encuentro del amo que viene”. Esta preparación implica la creación de una “casa acogedora y ordenada” para el regreso del ser querido.
El Papa subrayó la importancia de prepararse para acoger a Jesús no sólo en la Navidad, sino en todo momento, ya “sea al final de los tiempos, cuando regrese en gloria; ya sea cada día, cuando venga a nuestro encuentro en la Eucaristía, en su Palabra, en nuestros hermanos y hermanas, especialmente en los más necesitados”.
En un llamado especial para el Adviento, el Papa Francisco instó a preparar con esmero la “casa del corazón”, manteniendo el corazón preparado para la llegada del Señor.