Los obispos de Centroamérica, reunidos en Guatemala para su 81° asamblea anual, emitieron un mensaje denunciando que el “drama migratorio constituye un grito no suficientemente escuchado”.
En un comunicado difundido el 30 de noviembre por el Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC), que congrega a los obispos de la región, se alerta sobre la “intensificación” de la crisis migratoria conformada por “jóvenes que no encuentran trabajo, las vidas en peligro por la violencia, los vulnerables al cambio climático” en su lugar de origen.
La SEDAC ha calificado a los migrantes como “héroes de la economía de nuestros países”, reconociendo las remesas como ganancias obtenidas “en ambientes de subempleo y fuertes privaciones”.
Además, señalaron la “vitalidad creciente” de la pastoral de la movilidad humana en contraste con la “ineficacia de los programas gubernamentales, totalmente condicionados por las políticas que los países definen al migrante como un peligro a su seguridad”.
Los obispos también advirtieron sobre “el grave peligro para la vida democrática en la región”, causada por la “proliferación de la corrupción administrativa y de nuevas formas de dictaduras que hacen de la ley instrumento de limitación de la justicia”.
“Esto causa fuertes tensiones sociales que amenazan la economía de las regiones y llevan al borde de acciones violentas más intensas”, mencionan.